San Juan Nepomuceno, un municipio lleno de historia y tradiciones en el departamento de Bolívar, guarda un vínculo especial con uno de los monumentos más emblemáticos de Cartagena: la India Catalina. Este lazo no solo realza la importancia cultural de la región, sino que también añade una razón más para que turistas y locales visiten y exploren la rica herencia de este encantador lugar.

El Origen de una Icono

Judith del Carmen Arrieta Arrieta, una nativa de San Juan Nepomuceno, llegó a Cartagena siendo apenas una niña de doce años. Proveniente de una familia campesina dedicada al cultivo de yuca, ñame y plátano, Judith se trasladó a la ciudad para trabajar como niñera en la casa del Maestro Eladio Gil, un renombrado artista y escultor. La cálida acogida de la familia Gil y su integración en la vida diaria de la casa, le permitieron a Judith convertirse en parte fundamental de la creación de la escultura de la India Catalina.

La Escultura de la India Catalina

El Maestro Eladio Gil, quien trabajaba en la síntesis de rostros y cuerpos de mujeres esbeltas para la escultura, encontró en Judith la figura perfecta. A la edad de dieciséis años, Judith posó para la obra con el consentimiento de sus padres, contribuyendo significativamente al diseño final de la India Catalina. Esta experiencia no solo destacó su belleza y gracia, sino que también la sumergió en el mundo del arte y la cultura, bajo la tutela del Maestro Gil y su esposa Fini Piñero.

Un Legado que Trasciende Fronteras

Judith Arrieta, junto con su esposo Carlos Arcila Arango, ha llevado la cultura colombiana más allá de las fronteras. Residiendo actualmente en República Dominicana, la pareja lidera iniciativas para promover la imagen de Colombia en el extranjero, organizando eventos de integración y manteniendo vivo el legado de su patria. Su labor ha sido reconocida oficialmente por la Embajada de Colombia en el país caribeño.
 Para los turistas que visitan Cartagena, la historia de la India Catalina ofrece una fascinante narrativa que enriquece su experiencia. Explorar los lugares vinculados a esta historia, como la casa de la familia Gil en Manga y el monumento de la India Catalina, permite a los visitantes conectar con el pasado y comprender la riqueza cultural de la región.